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 La Segunda Guerra mundial paralizó la producción de juguetes en Reino Unido hasta que el veto sobre la fabricación de éstos se levantó en 1947. Para entonces, un aluvión de productores y distribuidores jugueteros estableció sus actividades especialmente en el norte de Londres y sus talleres empezaron a producir miles de vehículos a escala compatible con 1/43 que, compitiendo en el mismo ámbito que los famosos Dinky Toys de Meccano, se ofrecían a precios más atractivos. La buena racha terminó con el embargo que impuso el gobierno británico sobre el zinc a raíz del esfuerzo bélico que supuso la Guerra de Corea y que abarcó el periodo comprendido entre 1951 y 1952. La carestía de uno de los componentes principales del zamak con el que se fabricaban las miniaturas causó estragos entre las empresas más humildes. Algunas, como Timpo Toys o Tri-Ang, abandonaron la producción de coches metálicos decantándose por el plástico como materia prima principal. Otras, como Condon, empresa fundada por el famoso Don Rix, no pudieron mantener la producción y cerraron. Justo en este contexto, en el que la demanda de juguetes crecía cada día, encontró su oportunidad el efímero y misterioso fabricante IXL, localizado en Birmingham, para comercializar una pequeña serie de modelos a escala compatible con 1/43 cuya materia prima no era sino hojalata reciclada procedente de latas de conserva usadas. Fuentes británicas aseguran que sus cochecitos se distribuyeron a través de la cadena de tiendas Woolworth pero, salvo su ciudad de origen, nada más se sabe de la empresa que hizo estos modelos. Cabe suponer que no se tratase de un pequeño taller artesanal, como sucedía con otros pequeño fabricantes de modelos en zamak, dado que las máquinas que se precisan para estampar la chapa requieren de cierta infraestructura.
 Como sólo se coloreaba (probablemente con espray) una de las dos caras de la chapa, en la parte interior se pueden distinguir los textos e ilustraciones de los envases reciclados. Las miniaturas contaban con base de chapa, estaban disponibles versiones con motor de fricción y todos montaban ruedas de una pieza de chapa que más tarde pasó a ser de plástico. La estructura y disposición de las piezas de su carrocería permitían la existencia de variantes en dos tonos. Sobre la pintura se aplicaban finalmente a mano detalles en colores plata, rojo y negro. Se produjeron un total de cuatro modelos cuya matrícula estampada IXL1951 (o bien IXL1952 en el caso del Vauxhall) delataban el año de producción y el fabricante. Su tosco diseño resulta sin embargo muy armónico y dota a cada modelo de un encanto especial. Fueron la alegría de los niños pobres en tiempos de terrible escasez para un Reino Unido que contemplaba su futuro con incertidumbre
 Detalle del interior de una unidad desmontada. Se aprecia también cómo se imitaban los asientos.   
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