En los años treinta, llegaron masivamente a Europa miniaturas procedentes de Estados Unidos, particularmente de la marca Tootsietoy fabricadas por la fundición Dowst de Chicago, lo que estimuló a multitud de fabricantes franceses y británicos a comercializar modelos de coches a escala en pequeño formato, y mucho más después de que la compañía británica Meccano alcanzase el éxito a ambos lados del Canal de la Mancha. Si bien en Europa terminó por imponerse el formato de las miniaturas de inyección metálica ‘diecast’, en plomo o en zamac, algunos fabricantes franceses buscaron alternativas para poder ofrecer productos más baratos, desde el yeso al celuloide. No fue de manera anecdótica: grandes marcas como C.I.J. y J.R.D. popularizaron estos cochecitos fabricando inicialmente miniaturas promocionales para Jouets Citroën que se anunciaban como realizadas en ‘material plástico’, que en realidad no era un derivado del petróleo, sino un compuesto cerámico horneado y lacado, que tradicionalmente se ha dado en conocer en francés como ‘plâtre et farine’ pero que es más correcto llamar ‘material compuesto’. Sin embargo, este tipo de miniaturas no llegó a popularizarse en Reino Unido tanto como en Francia, por lo que el modelo que nos ocupa fue una auténtica rareza en el panorama británico, a excepción de algunas miniaturas que comercializó la casa Charbens durante la guerra. BLUEBIRD CAMPBELL
Con sus 13 centímetros de longitud representaba toscamente a un Bluebird Campbell de 1935 a escala compatible con 1/50. Estaba realizado en material compuesto y contaba con ruedas de caucho. En el hueco de su parte interior se puede encontrar grabado el texto ‘Rich Toys British Made’, lo que indica cuál fue el país de origen de la miniatura y descarta que tenga algo que ver con la compañía Rich Manufacturing Co (1915-1953), también conocida como Rich Toys, pero que estaba ubicada en Illinois, Estados Unidos. Nada más se sabe sobre este esquivo modelo. Según los expertos de la casa de subastas Vectis estuvo disponible entre los años 1937 y 1939. Otras fuentes creen que llegó algo más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la prohibición de fabricar juguetes metálicos forzó a algunos fabricantes a servirse de otros materiales. |
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